En la madrugada del domingo, el Ministerio de Defensa de Rusia informó sobre un ataque en la región de Bryansk, donde se utilizaron seis misiles balísticos ATACMS. De estos, cinco fueron interceptados por sistemas de defensa aérea, y el sexto causó un incendio controlado en una instalación militar. Las autoridades locales confirmaron que no hubo víctimas ni destrucción significativa como resultado del ataque, según reportes de la agencia TASS.

Por su parte, el Estado Mayor ucraniano había declarado previamente haber llevado a cabo un ataque exitoso contra un arsenal del Ejército ruso en la misma región, aunque no se especificaron los tipos de armas utilizadas. Este ataque se produce en un contexto de creciente tensión, marcado por un reciente decreto del Kremlin que permite el uso de armas nucleares contra Estados no nucleares en caso de que cuenten con el respaldo de potencias nucleares.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, destacó que la nueva doctrina nuclear rusa se adapta a la situación actual y constituye una advertencia a Estados Unidos y la OTAN, en caso de que se involucren directamente en el conflicto. Esta doctrina considera el uso de armas nucleares como un medio de disuasión y su uso solo como una "medida extrema y forzosa".

Contexto

Este desarrollo coincide con el 1000° día del conflicto entre Rusia y Ucrania, un enfrentamiento que ha generado serias preocupaciones a nivel global. La decisión de Estados Unidos de permitir a Ucrania el uso de misiles de largo alcance ha intensificado la respuesta rusa, lo que resalta la necesidad de un diálogo internacional para evitar un mayor deterioro de la situación. Los analistas sugieren que, a pesar de la escalada, es fundamental buscar canales de comunicación que promuevan la paz y la estabilidad en la región.