El 15 de noviembre, el dólar mayorista cerró a $1.002,50 y el dólar minorista en el Banco Nación a $1.022. Actualmente, el costo del dólar tarjeta, que incluye un recargo del 30% por el Impuesto PAIS y otro 30% anticipado por los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales, alcanza los $1.635,20. Sin embargo, con la eliminación del Impuesto PAIS a fin de año, este recargo se reducirá al 30% correspondiente a los impuestos sobre la renta, lo que podría posicionar el dólar turista en torno a $1.378,29 en enero de 2025.

Según proyecciones del mercado de futuros, si el dólar mayorista se mantiene en $1.040 a fin de diciembre, el dólar minorista podría ubicarse en $1.060,23, lo que permitiría que el dólar turista cierre el año en aproximadamente $1.696,36. No obstante, tras el 1 de enero, se espera una disminución considerable, aunque no suficiente para competir con el dólar MEP, que se cotizaba a $1.096,30.

Desde el Gobierno, se confía en que la eliminación parcial del recargo hará que el uso del dólar tarjeta sea más atractivo. Sin embargo, la decisión dependerá de la estabilidad del dólar MEP y de la percepción de los consumidores sobre la conveniencia de cada opción para sus compras en el exterior.

Los cambios en la estructura de costos no solo afectan a los viajeros, sino también a los sectores que dependen del comercio internacional. Aunque la eliminación del Impuesto PAIS podría reducir costos, las operaciones seguirán sujetas a otros impuestos, lo que genera incertidumbre en el mercado.

Contexto

Este ajuste en la política cambiaria se enmarca en un contexto de alta inflación y fluctuaciones cambiarias que caracterizan la economía argentina. A medida que se acercan las vacaciones de verano, se anticipa un aumento en la demanda de dólares debido a un incremento en los consumos en el exterior, lo que planteará desafíos adicionales para el Gobierno al gestionar las reservas del Banco Central.