En un comunicado emitido el 20 de noviembre de 2024, la embajada de Estados Unidos en Kiev alertó sobre un posible “gran ataque aéreo” en Ucrania, llevando al cierre temporal de sus instalaciones. Las autoridades estadounidenses instaron a los ciudadanos a estar preparados para refugiarse y a seguir las instrucciones de seguridad emitidas por los funcionarios ucranianos.

Esta advertencia se produce en un contexto de creciente tensión, después de que la administración de Joe Biden aprobara el uso de misiles de largo alcance ATACMS por parte de Ucrania, una decisión que marca un cambio significativo en el apoyo militar estadounidense desde el inicio del conflicto en febrero de 2022. Según el Kremlin, estos misiles ya han sido utilizados por el ejército ucraniano, lo que ha llevado a Rusia a acusar a Estados Unidos de intensificar el conflicto.

Asimismo, la reciente flexibilización de las normas de uso de armas nucleares por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, ha generado preocupación internacional. Putin firmó un decreto que permite el uso de estas armas en respuesta a ataques de países no nucleares que reciban apoyo de potencias nucleares, una medida que ha sido interpretada como una advertencia a Estados Unidos y la OTAN.

Contexto

La situación en Ucrania ha sido tensa desde el inicio del conflicto hace casi tres años, con múltiples alertas sobre ataques aéreos y movilizaciones militares por parte de Rusia. A pesar de los riesgos, es importante destacar que las autoridades ucranianas han estado trabajando en mejorar su capacidad de defensa y en fortalecer la resiliencia en la población civil. La comunidad internacional continúa monitoreando la situación y ofreciendo apoyo humanitario y militar a Ucrania, lo que brinda un rayo de esperanza en medio de la adversidad.