En un contexto de recuperación económica, el riesgo país de Argentina ha experimentado una notable caída, pasando a 746 puntos básicos, el nivel más bajo desde marzo de 2019. Este indicador, que mide la brecha de rendimiento entre los bonos del Tesoro de EE. UU. y los títulos de países emergentes, se ha visto influenciado por un aumento significativo en la demanda de bonos soberanos argentinos, que han registrado un rendimiento promedio del 78% en lo que va de 2024.

El economista Salvador Di Stefano señala que el reciente descenso en el riesgo país se debe a una serie de factores, incluyendo la gestión fiscal y el superávit que ha acompañado al crecimiento de las reservas del Banco Central. Según Di Stefano, el manejo "quirúrgico" del presupuesto ha cambiado las expectativas de los inversores, quienes anteriormente anticipaban una posible reestructuración de la deuda. Ahora, la situación parece más estable y propicia para nuevas inversiones.

Además, el contexto político ha jugado un papel crucial. Las decisiones recientes en el Congreso, que incluyen vetos y negociaciones, han mejorado la percepción de la estabilidad gubernamental y, por ende, la confianza del mercado. La imagen presidencial también ha tenido un impacto positivo en la dinámica de los activos financieros.

Contexto

La baja en el riesgo país se produce en un momento de transición para la economía argentina, que enfrenta desafíos históricos, como la inflación y la deuda externa. Sin embargo, el reciente blanqueo de capitales, que aportó alrededor de 23.000 millones de dólares, y la intención del gobierno de mantener un superávit fiscal, se presentan como señales alentadoras para la recuperación económica. La baja del riesgo país podría facilitar el acceso a financiamiento internacional y alentar tanto inversiones locales como extranjeras.